sábado, 11 de octubre de 2014

TO THE STARS


Querido abuelo: 

Hacía tiempo que no te escribía, pero eso no quiere decir que no me acuerde de ti a cada instante, por pequeño que sea. ¿Qué haces? ¿Estás bien? 

Ojalá pudiese decirte que aquí está todo igual a como lo dejaste, pero no puedo mentirte, porque sé que te enteras absolutamente de todo. A veces pienso que te estarás poniendo malo con todas las tonterías que me ves hacer, miro a mi alrededor, busco tu señal, y el problema se acaba solucionando, de una forma u otra. 

Ha sido un final de verano un poco caótico, y un principio de otoño cargado de lluvia, viento, y frío, al menos por el norte. Aunque a ti eso nunca te ha importado. Te daba igual que cayesen chuzos de punta, o que hiciese un frío propio de la Antártida. Tu cogías la bici, la gorra y salías a la calle igual. Estoy segura de que Pamplona te encantaría. En el campus tenemos unos carriles de bicicleta que da gusto. En ellos "se anda como la seda", como tu dirías... 

Estoy conociendo a gente interesantísima, abuelo. De esa gente trasparente, leal, que transmiten buena energía y positivismo por doquier. Gente con la que se pueden entablar buenas conversaciones, y no sólo hablar de juerga y de fiesta. Amigos que ya estás segurísima de que van a ser para siempre. 

También estoy aprendiendo mucho, de todo. Tu siempre me dijiste que adelante con lo que quería, que a por ello. Nunca me cuestionaste nada, ni me dijiste que el mundo de periodismo estaba mal o que estudiase otra cosa. Tenemos la cabeza muy dura los dos, y tu me viste siempre con las cosas tan claras que ya tenías miedo de que me mandasen a algún país en guerra, o a alguna catástrofe natural.  

Como habrás visto, he llenado mi habitación de fotos, de esas mil que te hacía con el móvil y que siempre salías igual de guapo. Las noches de otoño, cuando salimos las amigas de la resi a la terraza después de cenar, me pongo una de tus camisas enormes de cuadros, no se puede estar más calentita. 

¿Te acuerdas de cuándo subíamos al tejado de la casa del pueblo? Para mi era la aventura más emocionante del año, una no se sube todos los días a un tejado, menuda descarga de adrenalina. Ahora, me siguen encantando las alturas, los escenarios, los séptimos pisos, los saltos, las azoteas, las montañas... Porque eso significa estar más cerca de ti. 
To the stars...