martes, 23 de septiembre de 2014

Compañeras de vida.



"Yo no valgo para conformarme con lo efímero, cuando podemos disponer de la eternidad. Aunque a veces la eternidad sea un instante". 

Llevaba ya bastante tiempo queriendo dedicarles algo, y llevaba también bastante tiempo con una necesidad inmensa de escribir, cualquier cosa, pero escribir. Y ayer cuando Nerea y Daniel (sin ponerse de acuerdo previamente) me dieron ánimos para ello, pensé que era el momento perfecto. 

Quizá estas cuatro palabras mal puestas de una alumna de primero de periodismo y filología, les sepan a poco. Aún así, sé que como yo, ellas aprecian los pequeños detalles. Y que intentan siempre ir más allá buceando en la inmensidad de las cosas.  

La verdad, es que no ha sido un mes precisamente tranquilo. Podría incluso considerarlo como uno más excitantes de mi vida. Todo ha sido un devenir de emociones, nervios, novatadas, mariposas en el estómago, equívocos, líos, maletas, carreras, caras nuevas, enfados, cafés express, apuntes, caminatas, comida rica, fiestas, risas, agobios, vozca-lima, sofocos, canciones... Es lo que tienen los cambios radicales, que proporcionan a tu vida un ritmo frenético y te convierten en un poquito más sentimental. 

Yo antes ya era cursi, pero es que a medida que pasa el tiempo cada vez utilizo de manera más compulsivas palabras tan horteras como chachipiruli, mola cantibudi, super genial, inglish pitinglish o okey makey. A veces parece que me acabo de comer trescientos kilos de algodón de azúcar. 

La luz tenue de la habitación de la resi, la música de Sabina, y las imágenes que me vienen a la cabeza, hacen que hasta se me quiera escapar una lagrimilla. Vosotras lo sabéis. Y que sí, que hacéis y habéis hecho de los momentos más tontos los recuerdos más memorables, de las noches más grises las más brillantes, y de las lágrimas más húmedas las sonrisas más gigantes. Que nos bastaría con comunicarnos a base de miradas, y aunque no lo queramos reconocer parece que nos hemos parido todas entre todas. Esteis dónde esteis, y aunque estemos desperdigadas, ya nos imagino dentro de unos años, recién graduadas arreglando el mundo alrededor de una taza de café. Las de siempre, como siempre.