domingo, 25 de mayo de 2014

Sueños con chocolate.


Llega junio, llega el verano, y llegan las cenitas veraniegas de amigos. 

La verdad es que a mi grupo le encantan este tipo de "eventos". Son momentos especiales, en los que nos juntamos todos, nos ponemos los delantales, y disfrutamos de la compañía y de la rica comida. Es una auténtica tradición. 

La verdad es que no sé por qué hablo en primera persona del plural.  Tengo que admitir con gran dolor de corazón, que yo no soy mucho de acercarme a los fogones. Odio cocinar y todo lo relacionado con la cocina. Me aburre. No me atrae nada. Nunca seré una buena cocinera, aunque tendré que resignarme y aprender algún día. De momento podré sobrevivir gracias a mi mami, y si me quedo sola pondré en marcha mi dieta variada a base de sandwiches y ensaladas. 


Todo el mérito se lo debo a ellos, son unos auténticos Master Chefs. Yo lo máximo que hago es poner la mesa, o robar alguna patata frita cuando no me ven. A veces también me uno al grupo de los "comodones". Esos que se toman unas cervecitas en el jardín mientras los demás están con las manos en la masa, como aquel día en casa de Dani. Recuerdo esa noche con especial cariño. Fue hace casi un año, en junio, fiestas de Lardero. Así que no había mejor ocasión para celebrar una cena en Villapatro. 



¿Cuánto rato nos pudimos tirar comprando/"haciendo el chorra" en el Simply? Igual 45 min sin exagerar. Entre comprar las hamburguesas, el picoteo, el pan, las ensaladas, la bebida para la cena, y para la noche, el postre... Familia numerosa en toda regla. Después de cenar, y estar un ratito de sobremesa y disfrutando de la noche genial que hacía, pusimos rumbo hacia el pueblo por el camino viejo, para comenzar la noche. ¡Menuda noche! 

Este verano va a haber muchas de esas. Muchas fiestas, muchas risas, muchos momentazos, muchos sueños con chocolate.  

Os quiero. 
E. 
"Let's make a night, you won't remember. 
I'll be the one, you won't forget"