No se si será la primavera que nos altera las hormonas y nos vuelve a todos un poquito más susceptibles y sensibles, o simplemente será que nos dan "venadas" repentinas, sin ton ni son.
No se cómo, pero en los últimos días, no han parado de llegar a mis oídos problemas.
Problemas "sentimentales".
De quién menos lo esperaba, de esos que vivían un amor de cuento, de película, o de otro planeta...
Al final, todo se reduce a presunciones, a malentendidos, a falta de comunicación. Hay que dialogar, decir las cosas a la cara, y sobre todo, hablar desde el corazón. "Hablando se entiende la gente" como diría mi querida abuela.
A veces, aunque nos cueste, tenemos que tener la capacidad de ponernos en el lugar del otro, de intentar ver las cosas desde su piel, e imaginar como se puede estar sintiendo.
La Biblia dice "no hagas a otro, lo que no quieras que te hagan a ti". Deberíamos aplicarnos el cuento, porque... ¿Sabéis? La vida es como un frontón, dependiendo del efecto que le des a la pelota o de cómo la lances, te va a venir de una forma u otra, incluso puede ser que te rebote en la cara.
Respeto y tolerancia, esas son las palabras mágicas.
Hasta pronto.
Su reino por un amigo,
Que le acompañe esta noche
Que pronunciara al oído
Las sílabas de su nombre...