viernes, 11 de abril de 2014

Tic, tac.



“Sólo existen dos días en el año en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer y principalmente vivir”. Dalai Lama.

Es increíble lo rápido que pasa el tiempo, todavía no soy consciente. Un mes para los 18, y parece que fue ayer cuando bajaba corriendo del cole con la mochilita de ruedas  a abrazar a mi abuelo después de un día agotador. ¡Quién lo diría! Han pasado tantas cosas desde entonces... 

A veces me da la sensación que ni siquiera nosotros mismos somos capaces de controlar nuestro propio tiempo, un tiempo que se nos va de las manos, que fluye entre nuestros dedos sin que lo podamos atrapar.  Los días vuelan, a veces, me da vértigo. ¿Y ahora qué? Un mar de incertidumbres y preguntas sin respuesta inundan nuestras mentes. ¿Qué va ser de nosotros ahora? Una etapa que acababa, y otra que empieza. Esto es el principio del final.  Avanzamos hacia lo desconocido. Hacia un mundo totalmente nuevo, es cómo un regalo de reyes esperando a ser abierto con ansia y entusiasmo por un niño. 

Por ello, debemos disfrutar de cada momento, de cada detalle, por pequeño e insignificante que sea. Saber valorar una mirada, una sonrisa, o una palabra de agradecimiento. Tenemos que llenar nuestros días de momentos únicos, de buenas conversaciones, de canciones, de experiencias y sensaciones y sobre todo, de recuerdos





Corchea.